La contractura muscular se produce cuando el músculo se contrae de forma continuada e involuntaria, tensándose sin poder relajarse. Es entonces cuando se produce la lesión y se nota el abultamiento en la zona, conocido comúnmente como “nudo”
TIPOS
Existen dos tipos de contracturas que se producen en la práctica del ejercicio: las que aparecen cuando se está realizando o las que aparecen después.
- Mientras practicas el ejercicio. Se producen por una acumulación de deshechos, que provocan dolor e inflamación. Suele producirse por un movimiento brusco o por falta de entrenamiento.
- Después de realizar el ejercicio. La lesión aparece porque el músculo no puede volver a su estado natural. Suele producirse por un trabajo excesivo.
CAUSAS
Las contracturas musculares son lesiones muy comunes que pueden afectar tanto a deportistas como a personas sedentarias. Por ello una contractura se puede producir cuando se le exige al músculo que realice un esfuerzo superior a su capacidad; o cuando se le exige a de más un músculo débil que no tiene suficiente potencia.
Así podemos enumerar algunas causas comunes como:
- Sedentarismo
- Posturas estáticas
- Poco tono muscular
- Exceso de actividad
- Personas mayores con pérdida de elasticidad en músculos y articulaciones
- El estrés provoca que el paciente tensione de forma involuntaria y continuada provocando contracturas.
- Personas con trabajos físicos
TRATAMIENTO
Cuando notamos que el músculo se ha contracturado, debemos parar el ejercicio, estirar y masajear la zona afectada.
Al principio el calor puede ayudar a relajar el músculo, pero luego se recomienda aplicar hielo.
En el caso de que el dolor persista, lo más recomendable es acudir al fisioterapeuta para que revise la lesión y determine cuál es el mejor tratamiento.
- Masaje
- Punción seca
- Estiramientos progresivos
- Electroterapia
- Tiras neuromusculares (Vendas de colores o Kinesiotape)
PREVENCIÓN
- Calentar antes de entrenar
- Estirar correctamente después de hacer el ejercicio.
- Realizar el ejercicio progresivamente y no de una forma brusca.
- Alternar los ejercicios para no mantener la misma posición durante mucho rato o realizar movimientos repetitivos.
- Adoptar una postura corporal correcta.
- Beber mucho líquido mientras se hacen ejercicios.
- Tomar alimentos con alto contenido en potasio (plátanos, tomate)
Y recuerda… #prevenirescurar